Sólo Un Futuro

Fue hace 50 años que recibíamos por primera vez una imagen de nosotros mismos desde la Luna. En el proceso de enviar un hombre a la luna por primera vez, Joseph Allen, uno de los astronautas que estuvo involucrado en el proceso de planificación, recuerda:

“Entre todos los argumentos que se hicieron a favor y en contra de viajar a la Luna, nadie mencionó la posibilidad de que la mejor razón sea simplemente observarnos a nosotros mismos”.

Y, esa resultó ser la razón, para vernos desde afuera como planeta. Cuando recibimos la foto de nuestro planeta, fue una revelación global que cambió la forma en que pensamos. Desde entonces, nuestra conciencia nunca ha sido la misma. Vimos a nosotros mismos tal como somos; solo en la inmensa oscuridad del espacio; pequeña, delicada, resplandeciente con la vida, la belleza divina.

No fue hasta los principios de los años 70 que comenzamos a pensar en la ética y el cuidado del medio ambiente. Esto sólo fue comentado por los místicos y los ambientalistas, pero desde entonces todo ha cambiado. El mundo ha respondido con una gran cantidad de reflexiones importantes. Ahora tenemos las herramientas científicas y el pensamiento filosófico y ético para comenzar a razonar acerca de nuestra responsabilidad con respecto al medio ambiente.

Pinté esta obra (pintura al óleo sobre panel de madera, 42 x 57 ″) cuando era miembro de la Comisión de Justicia y Paz de la C.O.R. aquí en San Juan, Puerto Rico en 1992, inspirado en parte debido a las condiciones de deterioro del medio ambiente en esta isla más delicado, los irreflexivos desarrollo excesivo, la contaminación que estaba pasando, y la destrucción de las comunidades locales. La encíclica del papa Francisco Laudato Si ‘En el Cuidado de Nuestro Hogar Común lo explicó todo por completo. Su mensaje fue claro y dijo de forma elocuente. Fue una aclaración teológica de lo que decía toda la ciencia, y para mí, ¡el huracán María aplastó la prueba de ello!

La pintura es retórica en concepto y nos presenta dos posibilidades: una en armonía con la Creación de Dios, un futuro de justicia, paz y sostenibilidad. El otro de saqueo, el caos, la guerra sin fin y un colapso último de la naturaleza y la vida en nuestro planeta tal como la conocemos. La Tierra está pintada en forma de huevo, simbolizando metafóricamente la fragilidad del ecosistema de la Tierra, así como su abundancia y fertilidad natural. La metáfora del huevo también se utiliza para mostrar un pacto roto y la ruptura resultante de la frágil ecología de la tierra y la caída de la humanidad en desgracia causada por un sistema económico lineal defectuoso basado en el abuso del poder y la riqueza, simbolizado por el uso profano de oro.

No hay duda acerca de esto. Nosotros, los humanos tenemos las herramientas para destruir o salvar a la civilización, porque Dios nos creó con esa capacidad. Pero también nos creó con libre albedrío.

Cuidar el medio ambiente es una cuestión moral. Papa San Juan Pablo II hizo hincapié en la prioridad de la ética sobre la técnica, y el espíritu sobre la materia. Si destruimos la tierra, destruimos la creación divina, nos destruimos a nosotros mismos.

¿Es ese el plan de Dios? ¿Es ese nuestro plan?

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