San Francisco vivió en el Espíritu Santo

San Francisco vivió en el Espiritu Santo

San Francisco vivió en el Espíritu Santo.

Estaba enamorado de la vida y toda la Creación de Dios.

Fue portador de la Luz de Cristo en un mundo en tinieblas!

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San Francisco vivió en el Espíritu Santo
               Escultura en cerámica

 

San Francisco vivió en el Espíritu Santo. En un arco gótico, un signo de los tiempos en que vivió, San Francisco se encuentra entre los maderos caídos y rotos de la abandonada Iglesia de San Damiano. Hay dispersos bloques de construcción a sus pies y la Cruz de Damiano arriba. Está rodeado de sus queridos pájaros y animales: las palomas, los pájaros cantores, el cordero y el lobo que simbolizan la paz y la armonía. El lobo domesticado canta armonía a la melodía de Francisco, tocada en su laúd y cantada como oración.

Vestido con su ropa hecha jirones, los hombros y las rodillas desgastados por la Cruz que llevaba y las oraciones que rezaba. La oreja de tamaño exagerado se convierte en un símbolo de su elevado poder espiritual de observación y la sensibilidad a la belleza y necesidades de los demás que componen el conjunto de nuestra comunidad sagrada.

La colmena, un símbolo de la dulzura y la unidad de las comunidades que provocó dondequiera que difundió la palabra y la obra de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

San Francisco vivió en el Espíritu Santo

Estaba enamorado de la vida y de toda la creación de Dios. Como Jesús, sanó a los enfermos, limpió a los sucios y sirvió a los pobres como lo simboliza el lavabo y la jarra.

Fue con este amor en el Espíritu Santo que respondió al llamado que escuchó para reconstruir la iglesia de Cristo, no solo física sino espiritualmente. Lo hizo a través del sacrificio y el amor en forma de compasión, creatividad y trabajo extremadamente duro pero alegre, así como un asombro. auto-negación inspiradora por un ex joven que fue mimado y autocomplaciente; un cambio tan profundo que provocó un milagro asombroso de renovación al cristianismo a través de la intervención divina como se ve por los estigmas en sus manos y pies.

¡San Francisco de Asís fue portador de la Luz de Cristo en un mundo en tinieblas!

 

Señor, hazme un instrumento de tu paz, 

donde haya odio, ponga amor, donde hay ofensa, perdón;

Donde hay duda, fe,

donde hay desesperanza, esperanza;
Donde hay tinieblas, luz,

 donde hay tristeza, alegría.

Oh Divino Maestro,
Que no busque yo tanto, ser consolado como consolar,

 ser comprendido como comprender.
Ser amado como amar.
Porque dando se recibe.
Perdonando se es perdonado.
Y muriendo a si mismo
Se nace a la vida eterna.

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